Tuesday, April 10, 2007

Carta para la turista (mi mejor poema)

Por: Casino Black-pokar


Te regalo mis ojos metidos en cajas de terciopelo tigresco y te digo que los pongas en una rue parisina o en un guetto de Ámsterdam, te los doy con la mano cerrada porque ayer las abrí para liberar pájaros y un águila con pico de cuervo tocó la lira que silenció mi tacto al tiempo que mi relato se derritió en una huella digital de barro y polaroids borrosas.

Levántate en las mañanas cuando estés al otro lado y mira el cielo para buscar la grandeza del caos hermoso y bañado en aceite en el que vives, observa debajo del asfalto y allí encontrarás la primera letra de un poema, busca en la punta de un clarinete y una espuma blanca será el mapa que deseas, después señala puntos cardinales y parte en cuatro el cuerpo, dale a cada uno lo que es suyo y la unidad transgredela, déjala en una matera que entierra cucarrones.

Al caminar por Oslo y beber en Londres, mira debajo de los párpados y tras las puertas de las fábricas de chocolate, si estás de suerte un amante Romeo te enseñará sin desnudarse el olor del amor y el sabor de la sopa-novia, si estás bajo la falda de una escalera o en la boca de un gato ciego, de pronto te encuentras al Diablo violando a María mientras Jesús ebrio se come las uñas del miedo.

No importa todo esto, aun así ya eres un semáforo pervertido por la primavera y la mierda de las torcazas, rojo para quien llega con la boca y la nariz dormidos, amarillo amarillo amarillo, desierto que nació de un pincel afortunado en las manos de un drogadicto que mata musas, verde colino y verde oliva, naturaleza furtiva, vomito de dios que huele a margaritas y tierra suave, un cactus es un drelo que se carbura en el silencio y un río se trae entre su fondo el espejo de la eternidad en mil pedazos.

Turista hermosa, en cada baleta guardas el mapamundi que recorres con un brinco espabilado, saltas de Berlín a Barcelona y de Portugal a Reino Unido, olvidando el pasado que trae contigo el comienzo de una gran historia que escribiste en la ciudadélica de mis palabras, estas que se levantan como abejas cuando la miel de tus ojos las endulza, las mismas que me repiten que no muero tras los huesos y los músculos. Soy inmortal, pero te vas para nunca más volver igual. Te digo esto acá en frases de agua-sal sabiendo que puedo mentir al decir mira esos diamantes y aquellos cristales. Menos mal son palabras mi Laura, menos mal son fantasmas.
Mi mejor poema nunca lo escribiré en papeles porque por el Centro ya lo llevo de la mano y me da besos con sabor a danza y lágrimas.
Mi mejor poema eres tú.

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