Wednesday, November 29, 2006

Vodka Ginebra y Letra

INFIERNO

por Nicolás Corrales

Condenadme alma mía a hallarme vivo en el infierno
Toda existencia es un buen abismo ¡culpadme de maldito!
Dejadme a mis culpas y mis penas, dadme a la nostalgia
pasos hoscos me guiaran a los umbrales de mi soledad
ya he sepultado los decoros del amor, la ilusión, la propia fe.


Liberadme del cielo alma mía
quemad su velo mentiroso de mis ojos, son azules dilataciones engorrosas
su gloria se subsana de adustas angustias, su júbilo esta en la pobre esperanza.
Desafinad su serafín melodía de mis oídos, es una sacra indulgencia timorata
es el malestar de mis miedos que ahora ennegrecen infames.


Partid a la oscuridad ¡alma mía! tomando la ponzoña del maldito
Buscad la libertad, desalojad toda luz del corazón
Allá, indiferente, andad entre los demonios más fantásticos
y aprended a respirar sin cubrirte de llagas de amor, la ilusión, la propia fe.


Toda aurora es un misterioso castigo, todo ocaso es un marchito deseo
Escapad con el peso de lo que fueron tus emociones mas dóciles,
corromped su sello y salid como cual fiera en las negruras
mientras acallas estos dolientes jadeos lastimeros.

Monday, November 27, 2006

Mundoblanco

Por: Daniela Sanzhez

Mundoblanco


Mundo blanco, exterior y blanco,
sordo partícipe de las guerras ganadas,
eres nada y yo soy lo que quieres que sea.

Llueve tanto que dueles,
y cuando callas ya no sé
si eres el verso de la nada.

Pueblo inútil desvanécete sereno,
llano, inquieto, sórdido, real y muerto,
desvaneces sin sentido más permanece escribiendo
lo que agarro de la ironía de mi alma.




Huyéndole al deseo


Qué pensar qué reír que hacer si no soy nada,
qué expresar qué vivir en que terminan las miradas
soy materia inconsciente de las noches tan odiosas,
silenciosas pueblerinas del silencio que provoca,
encontrarte entre la histeria, la miseria y la ironía
en los huesos de otro invierno y el pasado que aún respira
y dejarte para irme, e irte lejos para siempre,
si las vueltas nos detienen nos iremos igualmente
porque no somos materia, porque no somos lo mismo
porque existe una barrera entre mi sueño y tu egoísmo
porque cuando me buscaste no escuchaste mi llamado
porque cuando me invitaste me encontraba en otro estado,
porque existe mi finito y tu ser aún es ausente
en donde acaban tus palabras y en donde empieza tu tangente.

Saturday, November 25, 2006

El Antedentalismo Ciudadélico

El Antedentalismo
y la Ciudadélica.

Una perspectiva de un escriba que sale de los humos azules de su palabra y de las caminatas beodas en el
[alba.

Por: Andreas Casta.


¿Cuál es el rol del artista dentro de esta ciudad perdida en sus cabales sueltos? ¿Cuál es la Gran Causa que esgrima el pintor, el actor, el escriba, el músico, el bailarín? ¿Cuál es que no la encuentro?

Estas tres solían ser mis preguntas cuando caminaba por la calle y veía a un hombre danzar y a una mujer cantar bajo el sonido de su guaracha triste, lejana, como lo estaba el cielo de su mirada y la Tierra de su conciencia. Y aunque muchas de las veces que vi la misma escena encontré alegrías y frustraciones, en ésta en especial había algo que capto toda mi dispersada atención; era esa esperanza de caos agónico que había en las pupilas de la joven dama que apenas lanzaba sus notas al aire y derramaba toda su energía por unos oídos invisibles, era ese temblor foráneo que solo yo percibía como un un viejo lobo que sabe que nada desaparece de su conciencia. Ante tal cuestionamiento encontrado en la mirada de esta creativa del canto, me di a la tarea sin lógica de preguntarle por qué tenía ese movimiento corto entre su esclerótica y el párpado.

La respuesta fue contundente, altisonante y elocuente. Primero, me dijo que la imaginación de nadie valía ya la pena, que todo el mundo estaba tan gastado entre la noche ordenada por los medios y la mañana controlada por el tráfico, que apenas se daban cuenta del odio y el rencor, del celo y el agobio. Segundo (y esto lo dijo con un dedo en su boca; parecía fumarlo, parecía quererlo arrancar de su mano), la persona que entre calles de Centro, Norte y Sur, Occidente y Oriente, anda, sin el preconcebido aviso del orden, está propensa a sufrir un ataque de inefabilidad por parte del mundo, que, invisible ante las mentes toscas, quiere aparecer en el alba inspirando odas. Tercero (y aquí sacó su dedo para ahora meterse otro; pero éste de nicotina, alquitrán y un poco de canabis) las mujeres y su amantes, que pueden ser desde una pluma hasta una carne blanca, son elementos dispersos dentro de la cotidianidad que busca el unísono de toda un causa no propuesta aún, y que necesita de su ayuda para unir eslabones perdidos en la carreras, en las calles, en los mercados, en las ollas, en los bares, en las tiendas, en las librerías y en los edificios. La causa de la ciudad necesita a sus eternos querendones de esquina, a sus redentores de cariño perdidos en copas de ginebra, cebada y aguardiente cosmopolitan.

A toda esta charla ya no le di alargue, simplemente, como luciérnaga que va al pantano, me metí en la oscuridad de un túnel de tantos. Allí, sin razón alguna de llegada, me senté a mirar pasar los carros.
Mientras escuchaba el sonido de motores y de fábricas, de gritos de escolares en las casas y el trino de pájaros sin nido, me percate de la falta de urbanautismo que tiene todo el mundo. Carencia que reside, no en saber que la ciudad existe como tal, sino en no conocer que es un espacio de goce e inspiración (y no me refiero al entretenimiento barato ni al rumbeadero de ebrios ególatras) sino a el arte arquitectónico de diseñador podro que es esta Bogotá no planeada, tirada en los abismos del progreso intransigente y empedernido.

Me salí del túnel y caminé hasta cuando mis pies pidieron un descanso a su recorrido sin tregua. Ahora, sin saber realmente dónde estaba, me quedaba esperando la tarde, el olvido de la madrugada, el inicio del nocturno. Y es que, si la ciudad carece de amantes que la habiten sin tregua haciendo de su cinismo carta de presentación, hay una luna y un nocturno que se aman para saborear los besos logrados por las bocas ebrias de los que sí, a manera de jugadores del azar, prendieron la fiesta en cada anden de la Bogotá fumada en postes de alegría y escrita en papiros sin color habano.

Precisamente de ese sujeto noche y esa dama blanca fui víctima por no preconcebir el orden, fui presa de toda la Tierra, fui un pez en el agua de la Séptima que al mirar el horizonte, se sintió como una hormiga y vivió, en un instante paralelo a la eternidad íntima, el punto de equilibrio entre estar vivo y darse cuenta de ello; es decir, me di cuenta que se me podría clasificar como extraterrestre o nada y daría lo mismo, al fin y al cabo, la lucha no era de términos sino de sentimientos, de sensibilidad profunda contra pilares de realidad acostumbrada y vigas de continuidad estable. Lloré, como nunca antes por una emoción lo había hecho y, al mismo minuto en que mis lágrimas al asfalto se caían, una idea me vino a la cabeza como gota sobre su sombra o cuervo sobre su presa.

La idea apenas era un sentir, un estallido de luces intermitentes de razón y de locura. Y lo que valía la pena decir de ella no era su existencia sino su contenido, que, a manera de presencia letrada, me dijo que la Imaginación del urbanauta está atrofiada por su gran cinismo metafórico y su humanidad esclavizada por lo plano, por lo llano de los cristales, de las pancartas de guerra, de las canciones de violencia. En resumen, un poco vislumbrista y poético, me dijo que la ensoñación, perdida en el atrofio de la mentalidad, era la calve para sacar al ciudadano de todo ese nudo sin fin y comienzo en que lo encerraban los edificios y paredes, las avenidas y las calles.

Ahora escribo esto mientras en la punta de un cerro miro la Ciudadélica bogotana y pienso versos en trino y alucinaciones en prosa. Pienso, que entre más ensueño mi ciudad enajenada de ésta, más la misma se apropiara de razones para darme alegría, felicidad y energía; todas en dosis de bebida magullada por el labio carmesí de una mujer desnuda en su placer, insertada en el olvido de sus propios besos. Los que me olvidaron cuando canté tras el muro de toda una realidad construida en la velocidad de su presente y en lo agitado de su olvido.

Thursday, November 23, 2006

Nostalgia

Por: Nicolás Corrales.


Supe siempre llegar extraviado, distraído de males, sobre esos
espesos jardines de extensas estepas violeta cual tálamo los
sentimientos fallecen y las fantasías avivan, hallando el oculto
nido donde la parda luz ha alcanzado la maravilla en fatales
eriales donde se ha resuelto la soberana noche que impera en las alturas.

Ya el sendero, a mis pasos, se ha ensombrecido y yo más cansado por
mis angustias que por la indeliberada ruta, he tocado los confines, los
más abandonados, donde nacarados licores se deslizan profusos regándose
en riachuelos, el glorioso cáliz de un vagabundo quien desea recobrar en
los más hostiles respiros los delicados recuerdos del alma.

Bebido de néctares recónditos, he caído embrujado en los florales que allí
osan a crecer en pena, vestidos de luctuosa y apacible divinidad, ellos me asedian y me hacen descansar en tierra más fúnebre ¡que no se funda belleza en el corazón! Porque de la manera más prieta mi ánimo ha sido atravesado por una nostalgia excitada y por un pobre amor ¡que no se irá!

Y mí cuerpo se ha rendido ante el deshabito de la felicidad; saber que he convertido mi existencia en una crudo descuido, que de la dicha yo he olvidado
los adagios y ya buen tiempo ha pasado desde que enmudecí las glaciales oraciones: Pétalos nocturnos ahora me engalanan, mitigando uno a uno los ardientes latidos, hilando uno a uno ignotos sentimientos que navegan.

Debo haber conquistado, bajo lamentos, el sueño, entre encantadas flores,
las más primorosos a mis ojos que se han dado a la profundidad; me he ido,
sin mayor peso, con los arrojos de una brisa muerta donde yacen ocultos
aromas de inciensos infernales; mi cuerpo, arrojado a bálsamos se lapida y los rayos de un amanecer nunca acá lo tocarán.

Bajo un tul de consumidas hojas negras, escondido estoy tratando de distinguir las horas del día que trascurren en una sola luna guardada en un velamen de brumas que soplan silencios monstruosos que resignan mi soledad, mi fiel y humana disputa ¡He escuchado en la afonía del tiempo las horas próximas a las revelaciones! ¿Ennegrecidas señales han de ir a mi encuentro?

“Fantasías dionisiacas, de este hombre herido, te han traído a mi lado y he recostado tu cuerpo al amparo de mis brazos y tus ojos que no me dejan, tu boca que no me suelta y mi mano prevenida no atiende la fiebre del corazón.
Y en tu vientre veo una sola luz como el albor que ya buen tiempo no me baña
Y te acaricio y tú sonríes como si en verdad quisieras verme con vida ¡y tu vientre que me conmueve humanamente! Y ahora despertar para…”

He repuesto mi ánimo para nuevamente ver las féminas violetas
que han de ser ahora, cada una, una lira enamorada que a la
inspiración abatida encenderán su conciencia bebiendo otra vez
los hirvientes líquidos y arrancando otra vez las ennegrecidas corolas.

El Camino

Por: Nicolás Corrales.

CAMINO
17 de abirl de 2006.


Mas así corrí por las fronteras del corazón de un país
llevando holgada la irónica libertad sobre la espalda,
arcas de carne y viento, sangre y sentimiento
que alzan ligero el escueto consuelo de mi vicio juvenil.

Desinteresado deambulé sin atender al desnudo escritor de viejos
testamentos engalanarse de eclipsados laureles, velando, prisionero,
las cárceles blanquecinas mientras moralizado suspiraba
vacilaciones trasponiendo al oído locura al hombre.

Continué, no volví mi vista ni aún advirtiendo en los ojos de los niños
las luces de la pólvora estallando en tan candidas condiciones el día de fiesta;
yo hubiese, en tiempos más afables de cuando de mi tumba no me interesaba,
salir en risotadas aplaudiendo al cielo mientras llovía de fuego un arco iris.

Pero recuerdo que bajaron injustos hálitos enamorados ese día y
mi vida fácilmente arrebataron. Di tiempo, portándome
orgulloso para esperar el amor, pero él, más siniestro, nunca llego
y la gran herida que produjo su ausencia fue mi despedida.

¡No soporte el dolor! Fue tal el envilecimiento de la daga que
ceñí todo amor que aguardara espera., del más insignificante
al más magnífico yo me pude jactar brusca y remordidamente:
No quise escuchar los lamentos de la pobre familia.

Una sedición de sombras, para tan resistidos olvidos, para
tan placidos recuerdos, que como trampas reclaman la
memoria cuando esta duerme o enferma en nostalgia,
presumí como bendito mientras dolido mesuraba mis penas.

Y así, en aversiones, veía allá en la cima un paramento viniendo
acérrimo a hacer la oscuridad, el verdugo para con mi desconsuelo
quien sin tregua me canta mis sueños turbulentos, quien provoca
en lagrimas de terciopelo las luces de mi huérfana responsabilidad.

Tendí mi camino lejos sobre las gráciles luces de una ciudad capital,
si el ocaso fue gran enemigo la noche sería mi más fino mal, pero fue
fresca e impasible y de una hadada mano yo fui a caminar, persiguiendo
los silencios abiertos y el gran remedio para beber la soledad.

Me fié demasiado de un apasionado lenguaje en cual júbilo
ampare toda callada prosa que recitaba al verme
perdido y conmovido por tanta impresión desorientada,
donde arrojaba la embriaguez de mi destino.


El idealismo el valiente aspecto de la razón
¡Cuando me hallaba en esos fríos charcos oscuros
y llenos de ceniza con mi rostro a media luz!,
el provocativo semblante de la existencia más libre.

El cáustico reposo del corazón al dar oídos
a esas palpitas voces del espíritu errante:
Realmente suspiraba al verme perdido

Friday, November 17, 2006

Poemas de la mano de un viajero.

Se fue

Se veía venir todo tras la tormenta garrafal de su voz;
tras lo subliminal de ese sonido que ya conozco tanto
que parece que lo olvidara,
que se ausentara para atraparme a cada instante.

Se fue la bailarina y sin ella el imaginario
de instantes de corta distancia
ni el almanaque en que marque el día del menguante
para despertarla y hacerle el amor sin presura,
sin esa falta de claridad presente en la cotidianidad
en que todo amor había desembocado;
y se llevo con ella el humor latente de mis términos
y una causa cambiante para el camino.

Ahora,
que en años este tiempo puede ser piedra,
me propicié al amor con al falta de claridad
ganada de un cardio rojo.
Su flujo constante de lechuzas parcas
y su arroyo de duendes colorines
apenas ahora tras mi espalda cruza,
esperando a que yo decida
cuando detenerme.

Suplicando que toda mi falacia
no se extinga en un suspiro.




Me dijo Mentira. Me dijo Palabra.


Una amada que perdí al instante de su vacío,
sólo señaló tal vez,
la penuria de cada mirada extraviada
y el periplo de todo paso nocturno.

Sólo se dio cuenta, como si viga eso fuese de mi mundo,
de que tras mi labio loco apenas fuegos crecían como espuma
y de que en cada oda,
que intenté describir sin sentido,
había algo de hombre egoísta y de soledad derramada,
vencida por el denso llanto de placeres.
Mirada cautiva,
sucedánea de la propia imagen del pasado,
ahora me señalas por mi esencia sintética de tinta,
por mi mapa clandestino de versos a musas y besos a ninfas,
ninfómanas y águilas descalzas;
tal vez un poco más libres que mi presencia
o más acá de lo importante,
de lo sutil de un crematorio.

Ahora toda tu voz cantada para bailes me dice mentira,
me enamoré de una falacia.

Y yo te digo mi amor es palabra,
te atragantaste de poemas.



A la caída.

Para esta fecha,
en donde la muralla frágil de mi amor,
derrumbó la querida.



No hay un hueco en el centro
ni la mitad es igualdad,
tampoco la ventana deja ver
ni el ojo lo permite.

Toda esta realidad,
en su desorden ebrio de cansancio y de poses,
no se terminó de caer cuando pensé que lo haría,
es decir,
en el hecho mismo, que tras lo bueno de mi,
descubriste un tesoro de isla de piratas.


Lo abriste y apenas cuervos rosa
con hienas sosegadas te hirieron las pupilas con su ruido
y callaron la alegría que traías bajo tu arete,
tras tu pelo,
en el corsé de mariposas y hada sin varita.


A la caída, pues,
va este escrito orgulloso de sí mismo;
único y último testigo del derrumbe de un imperio de bailes
y caricias en suceso fugitivo;
sin alba ni vientos que sostengan el desfalco.
The end.


El final de todo esto se veía venir
Cuando te dije que mi boca me controlaba.

Las ordenes inexplicables que a mi mente
da lo jugoso y triste de una carne,
son exhibidas a tus ojos, sobre los pisos de los mismos.

Nunca jamás pensé preguntarte algo sobre mi soledad
acompañada de tu presencia,
de tu cuerpo tibio en un solsticio de verano embebido,
entrapado de botellas agridulces.
Nunca idealicé que fuera necesario,
ni conveniente.

Y como el mar que golpea sin fuerza porque añora ser cielo,
sin yo creerlo,
me dijiste puto,
pendenciero y demonio cargado de flechas robadas
a Cupido rencoroso y lunático.

Me hablaste como un triste verso lo haría con la tarde o con el cardio,
con la sangre o con la copa.

Sólo puse atención para no olvidar
que traigo un ramo de espinas invisibles;
afiladas, cada una,
con lo duro de una luna cauta
que alumbra una flor de loto.




Podría.

Podría escribir una canción desesperada
y acompañada de guitarras sin madera,
pero apenas recorro la distancia entre tu sonido y mi causa,
en el intermedio de lo que valdría la pena escucharte
y lo que seguramente,
si de tu lengua sale,
llegaría a ser íntimo, allegado,
familiar a mi tristeza.

Podría tomar,
en el caso dado de andar con Rock Stara,
un poco de ginebra de tierras gélidas
y un cuerpo que sólo usa el placer por conveniencia,
por apariencia y proyección de todo el gran sentido del fluido y del gemido,
de la fruta y del instante, que,
apenas abierto,
circula en la rueda del tiempo como juguete de óxido
y bala sin chispa ni venganza.

Lo peor es que apenas hablo de la pena violeta
que se encarga de mi corazón rojo,
lo único que alcanzo son sus trajes terciopelo en mármol
y las tarde en que amados,
bajo la sombra de un árbol,
nos dimos la derrota mutua en conveniencia de juerguistas del cariño
y locos debidos al alba.

Nos miramos uno al otro sin uno en un instante de dualismo excéntrico
y con olor a oda de uva sangre.

Tuesday, November 14, 2006

Naturaleza

Por: Nicolás Corrales.

Naturaleza

I

De repente hasta la misma naturaleza me es amarga
son los estupores de una vida que transita intratable,
es la mente que no se embelesa de calma, lasitudes
que se hallan en los desordenes del corazón.

A veces, en las ideas de la riqueza, se ven
más brillantes los astros, se adultera la conciencia,
se mistifica, y ¡oh grandísima caridad!
que te resignas a una indiferencia

Y hay andariego solo me acompaño de una ferviente
sombra que me atraviesa precisa con apolónidas sensaciones,
frialdades frescas y antiguas, que convienen emigrar la dicha,
llevándola moribunda, con uno de esos vicios de la devoción.


Advertir en el corazón la extasiada existencia
¡ay deseo nacer sin un solo luto y sin afectivas quejas!
Que me asalten los lujos de la virtud y las distinciones
del ingenio ¡Paz!


II

Ya en un principio Bogotá eh descubierto. En cada persona
está la ciudad. Y todos somos tan frágilmente reducidos
a la igualdad.
Pero, en efecto, los confines de esta tierra
han de sacudirse de las anomalías morales

Me encuentro de la mano de esta sensible familia,
que ya no llora sobre el engaño y el crimen, que de
la borrascosa simpatía alza su infame libertad
y que de toda pena le es feliz el injusto amor.

Pero me siento contagiado en lo que atañe
a las facultades del alma, por ello no atiendo
esas formidables orlas con que se ah abrigado la capital,
soy un invidente del buen espíritu,


Entonces no reconozco la prosperidad y el encanto,
la humanidad y modestia, la resiliencia y vida
de esta tierra que se concibe reveladora
bajo este mismo y pasajero cielo.


III

Lejos yo, un desierto con una luna propia, camino,
encogido y mojado, empapado de costumbres
y todo eso que la gran mayoría maneja vulnerablemente;
la cultura e ideas de urbanidad.

Sin embargo la moral, del que en un principio fue una luz
considerada en los hechos de un paradigma en el universo,
ahora en pobre tierra mantiene está como una insidiosa
manifestación agredida; Un gran siglo de la “hiper-realidad”.

He querido resistirme a pensar en estado, esto junto a la
nación es un compromiso muy grande, de allí mido
mi ilustre ignorancia. Nunca tan hidalgos propósitos
habían importado tan poco ¡Mi ansiedad no es la patria!


Una lírica presa y legitima que advierta los estados
del pueblo, esos son los menesteres de los instruidos.
A mí aún me empaña la existencia y las fragilidades
humanas y los vicios que no eh de otorgar al compromiso.


IV

¡Ah humanidad doliente y ambiciosa, ah familia, ah amigos,
ah amor ustedes son los responsables de la patria! Ustedes
a los que la escasez y sueños de lejanas tierras los acosa,
ustedes que la libertad cazan con clementes oraciones


¿Acaso la estulticia de los asuntos modernos es capaz de
deformar diligentemente nuestra idiosincrasia amancillada?
Que suceda si ha de suceder la germanía en cada uno de nosotros,
que no se medite sobre la divergencia social y la ciencia apresurada.


Así, de este u otro modo, iremos olvidando los discursos y las
pretensiones fanáticas y fuera de acción. Alejémonos de las
consideraciones que nos aquejan y salgamos tras las luces
de los altos continentes que son más brillantes en nuestra oscuridad


No son mis penas ni mis más rapaces sentimientos quienes hablan,
es el deshabito que traen estos tiempos. Es la poción ociosa que se
nos ofrece. Penuria, carencia y deseo que sea para el hombre, esa
será su naturaleza y su más deseada alegría.

La poeta y la puta

Para Alejandra,una porteña con olor a poema.




Corrías tras el corset de tu cintura
y te atrevías en la boca de tus clientes;
apenas gordos drogadictos,
si a caso pendencieros del dinero
o en el mejor de tus cielos,
un dios que bajó a Tierra y en esta Santiago
se quedó bebiendo con putas y obreros.

Porque lo sé ya todo mujer supremada
de placeres incipientes y agobiada por las copas de tu trino del alba
y de la noche,
de la luna y del espejo.

¡No quiero saber más tus ingratitudes!
¡Tampoco busco acerrarte en lo íntimo de tu presencia!
....Quedate después de esta noche
sobre mis sábanas de mujer amada,
ya que tú,
otriedad vagabunda de dama violada,
apenas precedes en el viento tus pesares
cuando sales corriendo
con los bronces en la mano
y el valor en el bolsillo.

Te quedas con mi cardio envuelto
en pétalos de loto violáceo
y lluvia florida de espectros de tus gritos;
te quedas para saber que nunca fuiste.

Wednesday, November 08, 2006

A los Mrineros

Por: Lauro

A Popeye

En los barcos la sensación de adelante y de atrás se vuelve un hilo invisible,
un ir y venir dentro de las sumisiones de la brisa,
un desafío al azar en los dados lanzados
por una comunidad infortunada de personas que están amarradas
al carrete del océano.
Una inmensa nave,
que como pez que no se hunde
intenta hacerle un grieta a todo el mar en su grandeza,
una fisura que lleve a las sirenas
y a las orillas menos lejanas y más de arena.

Si es que los marineros parten desde un puerto
como cuando una hoja se desprende de un árbol,
tú,
Marino,
eres una raya en el mar de las razones de un viaje,
de un cruzar el mundo en la inagotable subsistencia
de saber que no hay tierra cerca,
que lo que sigue es sólo sal y desconocimiento,
Belleza,
Presión,
Soledad y Desconsuelo bajo la luna
y bajo los astros que también vigilan los delfines
y con las eternas olas,
que son el gemir del viento con el agua amándose
en el arrullo del tiempo y de la salvedad inútil.

Quisiera tener un puerto desde el cual partieran las diferentes proas de mi barca-alma,
que se fuera para encontrarse con el navio ebrio de un francés,
de unos tantos,
de unos miles que tenían tras sí la guerra de sus propias odas,
el amor de unos corazones sólo hombres
y la caricia de un joven por un ebrio,
de un loco por un niño.

¡Ah! No sé si a Popeye o a Rimbaud,
a los marineros de Perl Harbor,
o a el capitan Nemo,
se les pueda decir que su victoria fue toda una fantasía
de color azul
y animales hermosos que bailan
en corales violeta
y se aman tras lo profundo de un mismo océano.
No sé si sería prudente
advertir que a la inmensidad del Pacífico y el Atlántico
la ensoñó Verne y todo el que relató el piélago como su ebriedad,
allí su aventura tuvo origen y suceso;
sirenas que abandonan su propia rareza
para ser amadas en la página de un escrito
y hombres que regalan bajo el trino
pedazos de su propia agua.

Lo único faltante,
rol de nadador,
tú Marino,
héroe de historias diferentes para el amor,
te sales con la tuya mientras vuelas sobre toda la confusión
y el firmamento y sabes que un viaje,
como diría todo Pirata,
significa la libertad más que cualquier placer o caricia.

Tuesday, November 07, 2006

Poemas a la altura de una barra

Primera copa

A esta primera copa le dedico el amor dormido tras las cobijas pudibundas,
le entrego mi garganta adormecida por el llanto fúnebre
y le dejo un desierto dispuesto a aclararse en la mañana
con los primeros vistes de sol naciente.

A este primer sorbo de tequila ardiente
de ron cubano
de escocés mal trajeado
o de vodka-ginebra-pizco,
le dedico toda la palabra que se atrinchera tras las mesas
y absolutamente,
sin que sobren pedazos,
le dejo la inefabilidad servida en cunchos de alcohol pacientes.

Lo peor es que la botella vacía,
con los labios-rojos-calientes
de la bebedora que me acompañó hace instantes,
me separa de la realidad de esta beodez insensata y sin puntos de encuentro.
Siempre en medio de todo este líquido sucesivo de amarguras
hay un poco de verdad entramada de vislumbres
y llantos,
un camino sin retorno
que vale la pena gozar sin barreras de naturaleza alguna
y que se abandona con la facilidad con que yo dejo este poema.

A medias,
entrapado en gotas de sal agua marina
que acompañan el cóctel de tus encantos
y tus sentires violeta azufre.



Segunda copa


No estoy más loco
sino más sincero,
no soy errabundo sino parco,
no bailo sino que siento lo inevitable del festival
que sucede en mí,
sin ningún apropio ni burla,
sin alguna mofa posible
desde mis alrededores o mis presentes.

A la bebida que se apropia de mi demonio insaciable
y al mismo Lucifer que nace en mí sin despertares ni pesares,
va todo este movimiento de fuerzas y lluvias
para escribir una palabra,
va toda la energía curvi-línea
de la realidad
que en mí
apenas llega a parecer disturbio,
caos
y un vaso roto
tras lo triste de su pena.

Tercera Copa( La danza de un trago surreal)


Cuando un hombre quiere pagar una copa no es necesario que le digan de qué sabor la prefiere, él siempre busca un tono, una agria sensación a estados alterados y concepciones juerguistas de la vida. Digamos un ejemplo que clarifique la experiencia de una tercera copa tomada por alguien. Hablemos en las palabras que me dispongo a decir, que para muchos, de alguna manera pueden parecer confundidas. Esto se debe a que fueron escritas en una solicitud nefasta de copas sobre la garganta y el corazón, fueron elaboradas mientras los vasos transparentes de locura se agrandaban y achiquitaban como la cantidad de ron, ginebra o vodka rosa bebido por mi deseo nefasto de beodo y caminante lunático.

Y para que decirlo, ahora camino con la seguridad que tengo de saber que ser lúcido paga mucho por el orden, pero la verdad, es que la locura, que en ocasiones alcanza los límites de la conciencia misma, es otro camino opcional que debe ser tomado con irresponsabilidad y discontinuidad. (esto piensa la siguiente persona)
Aleixandre se sienta en una mesa, una mesa en donde sólo hay una silla (la de él) y donde no hay más mesas ni personas comiendo. Hay un mozo, con la camisa blanca abierta, parece degenerado. Se acerca a Aleixandre, le habla con al propiedad que ya le han dado cientos de conversaciones con clientes tontos. Hola señor Aleixandre, claro, claro, acá le vamos a atender todas las cosas que usted requiera, sí, recuerde que usted tiene ciertos privilegios, ¿cuáles?, oh no señor Aleixandre, no le puedo decir cuáles son esos privilegios porque para acceder a ellos tendrá que pasar una prueba, sí señor Aleixandre, una prueba en donde demuestre que merece tenerlos y disfrutarlos, ¿qué cuánto tiene que pagar?, o no señor Aleixandre, no tendrá que pagar un peso, ni siquiera se los van a recargar en la cuenta, tiene es que ganarlos en una serie de pruebas, o bueno, en una prueba.

El mozo se calla y se va. El hombre en la mesa queda pasmado, esperando a que le digan qué es lo que tendrá que hacer para ganar los privilegios. Aleixandre se imagina que tendrá que correr por las pistas de atletismo que tiene el hotel, o que por el contrario, la prueba tenga que ver con su debilidad profunda, las matemáticas, si los ponen a hacer cuentas, Aleixandre va a quedar como un pedazo de recto tirado en una calle de tierra llena de bosta felina y calzones de puta. Va a quedar bastante mal.

El tiempo corre sobre el círculo en el que se le permite, anda como si su propio camino no se debiera a él mismo sino a otros tiempos, al de cada uno, al de muchos fragmentado en las pasiones y emociones de una dama de familia o de un ejecutivo iluso que ahora bebe vodka sobre la barra de un bar.
De un tonto bar
en el cual las damas,
todas putas ellas,
y los hombres,
todos sátiros y perros,
se comieron hasta no encontrar más filetes-carnes-perniles-besos-caricias-pieles-sumisas-roídas en la cima de un coito que interrumpe el rayo de la Luna y avala la gloria de una sola causa ,
de una desnuda y violada causa,
penetrada por los rigores de una noche
y justificada
en lo más sumiso
de su placer interno.

Y digo todo esto,
Poema maldito de barra,
hasta donde me permites llegar junto a la botella vacía,
la que cuando canto el salto nocturno
sobre la calle me dispara con fragancias
étílicas-invisibles-sensibles-agridulces,
y una montaña de ceniza se dispersa por el poco tiempo de toda una locura,
y un movimiento de una dama
me enfurece la ternura
y me sepulta la nostalgia.

Aleixandre espera la copa que le va a traer el mozo. El mozo llega, le dice que el papel de la cuenta se lo pida cuando vaya a salir. Se queda parado junto a la mesa después de bajar el trago de la bandeja. ¿Se queda esperando el destino de la propina o del cliente? Aleixandre cree que es la propina y saca dinero pero el mozo, con la calidad humana que lo había distinguido hasta el momento, le dice que no se preocupe, que más bien, le diga que música prefiere escuchar, que el se la coloca en el reproductor digital.
Polca—le dice—pero que en serio tengas de la buena polca, no de aquella en la que a veces sonreías tontamente hace dos días para después caerte vomitado y sin receso alguno al alivio.

Las palabras de Aleixandre confundieron al mozo. ¿Cómo sabía que se había emborrachado y que después había regurgitado? ¿Cómo conocía que la música polca que había en el hotel era de mala calidad?
Le preguntó.
Aleixandre titubeó antes de contestarle. No le dijo nada, se quedo mirando el cielo y las nubes mientras el sol de la tarde le pegaba en el rostro y lo hacia un poco más infeliz que en la mañana, pero con algo de ternura improvista que ayer no estaba presente y que de alguna manera inconvenía en lo que se buscaba sentir, era un obstáculo sentimental para lograr el estado de alcoholización que Aleixandre buscaba en vía de darle una respuesta a el mozo.

La verad-le dijo—yo lo único que sé
es que cuando me tome la tercer copa,
me di cuenta de que al usted hablar
no tenía nada de sinceridad en sus ojos y en las manos,
no poseía usted esa verdad que,
de alguna manera tonta,
tienen que aguardar las personas y el brillo de sus ojos.

Mi brillo está borracho,
y este papel es muestra de que yo,
Aleixandre,
soy capaz
de salirme de la realidad mientras escribo una oda,
meterme en el papel,
estar tranzando palabras a la vez
y sin interrupciones de un tiro
o una bomba,
lanzar la propuesta de vida desde mi corazón al mundo,
una propuesta vagabunda,
placentera,
demoniaca,
bohemia,
llena de aves Fenix que son éxtasis en las noches de la juerga
y se vuelven ceniza en la mañana cuando ya no son amantes,
ni personas,
ni animales.

Son un tóxico,
una carne envenenada de placeres,
unos músculos rojos llenos de suavidad
y unos huesos duros
que no se sienten a ellos mismos.
La calavera sonríe
y un labio se extiende para fumar un poste de alegría,
un poco más cerca de la cuarta copa
para ser feliz por completo,
un poco más lejano que la prudencia,
para aprender a ser sincero sin las copas-seda-agrio-aguardiente
y caballero junto a ellas.

Hadas de espuma

Por: Casino 666


Para que las hojas blancas
se tornen de tinta morada,
basta con reconocerlas como amantes de carne diamante
y abrazos de tez foránea.

Para que mis términos de sangre repletos
lleguen a la altura de la presencia
del sol o de la noche,
no hay más camino
que el de poemas leer y haber leído
para que en la mente
el infinito-comos-paciente-
suceda como su misma causa lo requiere.

Por mí,que en poesías mato el día
como viuda negra
y en la noche
caso a Selene,
la que Ruben Dario llamo causa
y la que un griego,
y un francés lleno de opio,
llamaron espejo de una noche e idea de una farsa,
una incomodidad
barata
y un regalo romántico inmatable.

¿Quién quiere leer líneas
sobre la luna no pisada?
¿quién quiere saber cuando
las hadas de espuma bajan,
de sus aposentos,
y me mojan los ojos para decirme
que jamás hubo
tanta locuencia en mi verbo
y peligrosidad en mis dibujos-letrados-violáceos?

..¡Ah! Para que las hojas blancas
se tornen de tinta morada,
basta con reconocerlas como amantes de carne diamante
y abrazos de tez foránea.

¡Todas hadas de espuma blanca
confundidas en la planicie
de su cuerpo
y filtradas con contenido suyo y bello,
otoñal y con hojarasca de tintas sauces
de oda de un ensueño sin cierre
y una dicha sin anhelos pasivos ni concientes.

La desventura de la gota

Desde un cielo gris la ciudad
sintió venir la avalancha de agua
fragmentada en trozos que bocas-hombre
llaman gotas;y las calles se le volvieron
un bagazo de pájaros ardientes
y las mujeres andantes a esa hora
se quedaron para siempre
con los ojos blancos viendo un espectáculo
del que no hay conciencia.

Y a esos pedazos de cielo aguado
que nos encomiendan la carta perdida de todo el cosmos,
les llega el momento de muerte justo
cuando se encuentran con el concreto
melancólico en el que amantes
guardan secretos en tormentas de mañana;
y les llega la vida en el tiempo de la sinceridad
de una estrella a una Luna;
en el mismo ir y venir de todo un orden-desorden
perfumado de azar oscuro.

Las gotas son el refrán diario
que hace reír a toda una temperatura del cielo;
y creemos que son llanto,
pero ayer me enteré de que alegría fueron
y ciegas llegan a las pieles
para volver a ser risa.

Secretos de vaho

Por Andrés Castaño


En la noche cuando en momentos de silencio
se atravezó tu silueta,
sólo fue posible renacer la tranquilidad
y si al caso
valió la pena recoger los pedazos de tu cuerpo
tirados por todo el cuarto que mientras gemías
fueron cayendo al lado del lecho.

En la msima noche, ya con tu sombra encima,
me asegure de tener bien atados los hilos
de la demencia,
y levanté la sábana para buscarte en lo hondo del blanco
y
se levanto la silueta de tu rostro feliz
en el fantasma de seda,
traspasando su propia posibilidad de ser bello
para lograr la perfección subjetiva
que te veo en cada ir y venir
de ti misma frente a todos.

En el alba,que es de la que más me gusta hablar,
me parece que está tu sonrisa,
tan repleta de humor y de mariposas violáceas
que parece un trago de fino vino
de tierras desconocidas
que en copas de plata y oro se daña
y en manos de blanca piel
como las tuyas
parece agua bendita traida del infierno,
tibia y lista para una seducción de parejas descontroladas,
de amores sin fin
y caricias sin comienzo.

En los secretos del vaho de tu calor expulsado en el
movimiento
lento-violento de las carnes me motivé como una causadigna de reconocimiento ebrio.

Me asigne a mí mismo como guardian
de tus espezuras íntimas
y ríos de sangre-placer-tortura.

Hoy,en el día completo del acontecimiento,
ya sabes que detrás de lo que escondes
hay fragmentos de este corazón que no vale la pena bañar en vodka
y
menos en lágrimas de princesa
bárbara como la tuyas
y
las de tantas.

Friday, November 03, 2006

Poetas del silencio

Silencio,
le dijo la oda al escucha,
y éste,
por la pluma,
escribio ruídos que valía
la pena asumir con respeto y cordura,
con pasión y botellas rotas de acuerdos y caos.

Silencio,
también dicta un albaque nadie encontró por cita;
la suerte está lanzada en dados
de círculos por los que la sangre fluye
como si los caudales fueran ahí
o como si el oceano fuera el airede
positado en cada término tenso
de la charla en la partida,
en los humos densos que la rodean,
que acaloran este juego de la vida,
con sus reglas de valso y
su cobre de lujo para mostrar,
para perder.

A los poetas que en mi adentro
tocan toda una causa perdida
les doy la gracias por ser locos
y
haber dejado sus palabras para que otros
sean purificados
y
para que tantos hablen mal de la belleza
y la musicalidad incauta de un poema.

Si no te gustan los papeles,
Poeta,
escribe con tus pasos sobre la calle de asfalto
que espera para comerse tus días,
traza frases mientras conquistas el corazón turista de una rubia de vistas grices
o mientras cruzas el muro
y percibes a un hombre que camina sobre el cielo
y que fuma postes de esperanza y desilusiones.

Thursday, November 02, 2006

La Gran Causa

Por: Lauro

El tono de voz
de la poesía que habla
en los alrededores del jardín ardiente
de mi mente,
tiene un fuerza
y belleza pura que no se esclaviza ante la impresión.
Vive del ensueño
que la realidad hace de mi.

La imaginación subyugada al exterior
y su humo ambientador opresivo y embebedor,
sabe que no logra llevar al imaginador a los limbos verdaderos del cosmos.
¿Debido a su sevicia?
¿Debido a su ignorancia?...Lo único que puedo decir
es que la mente del poeta
llega más allá de los horizontes cobrizoso de los cerros que como guardias
rodean mi ciudad.
Establece su parada inefable no en un lugar del universo
sino en el sitio de la felicidad-estable-profunda.

No soy poeta.
Soy imaginación e imaginado.
Ensueño mi causa y soy Imagen del absurdo en el que habito.

Fulminante Canción

Por: Títurra


Escucha el sonido
pero no cuentes su origen,
o te lloverá desde el aire
una degradación que no merece
el trino ni la pólvora.
Baila la canción que desplaza tus honores
para dárselos a la carne,
para que los tome el viento de brazos invisibles
y arrulle con cada movimiento
los límites trazados por la inefabilidad
perdida en el silencio.

Mira a la Danzarina de tus sentires
y contemplaciones,
mírala como si en cada alejarse y acercarse
perdieres la razón de tus ordenamientosy te despedazaras como un cristal de pieles rotas
y corazones perdidos.

Sé canción sobre la música y toca el instrumento de tu sentido
para que toda mirada nocturna,
rodeada de seres dementes,
haga la trasgresión debida; en los ojos,en las bocas,en la escucha.

¡Pero recuerda!Todo lo que vivas como canción es fulminante,
es un instante que no se da tiempo de alabanza
sino que regala un placer atómico en secuencia.
Vive lo que tienes cuando la felicidad
te atrape por el oído y veras un mundo interno
que se abre como la primavera de una rosa.
Desembocas en las consecuencias
que abandona la belleza.

Guerra

Por: Chano Castaño

Tiene que haber...
Tiene que haber algo tras el silencio
lógobre después del fuego,
una hazaña cautiva
que encausa las decenas de perdigones sangrientos
que te arrullan.

Guerra.
tiene que haber algo tras lo malvadode tu cuerpo
y lo oscuro de tu causa.
Hay una satisfacción colmada de placeres
íntegros de muerte,
purificados de malicia.

¡Nunca encontraré una razón inefablea tu máxima de horror!¡Jamás tocaré las fibras latentesdel ocaso gris de tu suceso!...
Apenas siempre dejas tus esquirlas doblegadas por el dolor
y lavadas de combate,
abandonando el capote de la culpa
con la indiferencia de un olvido que condena,
que resiste su propia tragedia.

Guerra.
Ni un relámpago más para mi sensibilidad
repleta de vida libre
y de llantos que no quieren
ser tu causa
ni tu obra.

Cunchos de Porcelana

Por: Gatón


La estatua plateada de tu mirada llorando en la tarde se parece cada vez menos a la alegría y sí avanza hacia la desdicha prolija, desdeñada y acomedida en los factores sin control del azar de la vida. Mientras miras hacia arriba los llantos van naciendo uno por uno en forma de gotas agua-sal, se deslizan o se suicidan cuando caen para estar secos en pocos minutos o para humedecer otro rostro que espera lamer el líquido místico de una nostalgia. Una boca que da puente a tu tristeza con su lengua rosa para adornar sus dientes fijos en el tiempo, su decadencia humeante de sabores.

¿Sabes qué es lo mejor de que llores? Que cuando llegas en la mañana vienes completa, sin fragmentos, con el rostro perfecto y normal del buen día. Cuando yo te digo que te odio apenas te despedazas en una interna ebullición de furias que levanta capas y fuerzas colmadas de presión siniestra y naranja. Quedas hecha un cuncho de porcelana; una montaña arenosa de luz radiante que se quiebra con el mismo pudor que un labio cuando besa o que un pétalo cuando se estripa.

Perdido en los muelles de hierba

Por: Casino666


Allá, en la montaña venusina de la entrepierna de tu abrazo arácnido,me topo con la noche que no oscurece y con el día que no clarifica,me encuentro con la levedad furtiva de sentirme vivo y realmente estarlo,sin patrañas,sin angustias,sin olvidos.Allá, en donde tienen origen tus frases de amante extra-terrestre,también hay pieles de ososque lucharon una tarde de verano contra el vientoy solo pudieron sacarle un grito desgarrador a su acontecer libre.Fue el que sonó al mismo tiempo en que tu gemías tras las paredes cobrizas de una cueva extraña en la que perdidosnos miramos para nunca amarnos tanto,para saber que en el regreso de la normalidadtodo se perdería en montones de papeles inútilesy besos en blanco.Allá, en el espacio cambiante que soporta mis pasos,hablaré con la planta de marihuana y de sus hojas brotaran lágrimas y de sus tallos saldrá sangre verde. Se pondrá más melancólica que los güaduales cuando sepa en qué se gasta su magia infinita y su proposición de verdad escondida.¡Ah! quiero saber en qué momento la garganta pidió besos de una planta de perezosos y de activistas del alma, quiero encontrar el momento del tiempo en que el primer hombre fumó la tan anhelada canabolina...Lo único que escucho son lamentos pordioseros de miles de hombres perdidos en la lejanía de una cumbre o de un bosque. Hombres que ya saben que el mundo Humano no es tal, y que apenas llega a serlo,y que apenas uno se da cuenta de eso.¡Hierba hermosa, ayúdame a contactar al astro inocente de tu ritual sagrado!¡Abrázame para sentir tu delgada piel de fibra-selva y poder llamar al viento por su mirada!¡Levántame los párpados sobrepuestos y llévame al viaje cósmico del Universo!.....te estaré esperando en los muelles tristes de tu realidad terrestre y de tu infantasia trazada por bocas de hombres y mentiras.

Perdido en los muelles de hierba

Por: Casino666


Allá, en la montaña venusina de la entrepierna de tu abrazo arácnido,me topo con la noche que no oscurece y con el día que no clarifica,me encuentro con la levedad furtiva de sentirme vivo y realmente estarlo,sin patrañas,sin angustias,sin olvidos.Allá, en donde tienen origen tus frases de amante extra-terrestre,también hay pieles de ososque lucharon una tarde de verano contra el vientoy solo pudieron sacarle un grito desgarrador a su acontecer libre.Fue el que sonó al mismo tiempo en que tu gemías tras las paredes cobrizas de una cueva extraña en la que perdidosnos miramos para nunca amarnos tanto,para saber que en el regreso de la normalidadtodo se perdería en montones de papeles inútilesy besos en blanco.Allá, en el espacio cambiante que soporta mis pasos,hablaré con la planta de marihuana y de sus hojas brotaran lágrimas y de sus tallos saldrá sangre verde. Se pondrá más melancólica que los güaduales cuando sepa en qué se gasta su magia infinita y su proposición de verdad escondida.¡Ah! quiero saber en qué momento la garganta pidió besos de una planta de perezosos y de activistas del alma, quiero encontrar el momento del tiempo en que el primer hombre fumó la tan anhelada canabolina...Lo único que escucho son lamentos pordioseros de miles de hombres perdidos en la lejanía de una cumbre o de un bosque. Hombres que ya saben que el mundo Humano no es tal, y que apenas llega a serlo,y que apenas uno se da cuenta de eso.¡Hierba hermosa, ayúdame a contactar al astro inocente de tu ritual sagrado!¡Abrázame para sentir tu delgada piel de fibra-selva y poder llamar al viento por su mirada!¡Levántame los párpados sobrepuestos y llévame al viaje cósmico del Universo!.....te estaré esperando en los muelles tristes de tu realidad terrestre y de tu infantasia trazada por bocas de hombres y mentiras.

Perrdido en los muelles de hierba

Por: Casino666

Allá, en la montaña venusina de la entrepierna de tu abrazo arácnido,me topo con la noche que no oscurece y con el día que no clarifica,me encuentro con la levedad furtiva de sentirme vivo y realmente estarlo,sin patrañas,sin angustias,sin olvidos.Allá, en donde tienen origen tus frases de amante extra-terrestre,también hay pieles de ososque lucharon una tarde de verano contra el vientoy solo pudieron sacarle un grito desgarrador a su acontecer libre.Fue el que sonó al mismo tiempo en que tu gemías tras las paredes cobrizas de una cueva extraña en la que perdidosnos miramos para nunca amarnos tanto,para saber que en el regreso de la normalidadtodo se perdería en montones de papeles inútilesy besos en blanco.Allá, en el espacio cambiante que soporta mis pasos,hablaré con la planta de marihuana y de sus hojas brotaran lágrimas y de sus tallos saldrá sangre verde. Se pondrá más melancólica que los güaduales cuando sepa en qué se gasta su magia infinita y su proposición de verdad escondida.¡Ah! quiero saber en qué momento la garganta pidió besos de una planta de perezosos y de activistas del alma, quiero encontrar el momento del tiempo en que el primer hombre fumó la tan anhelada canabolina...Lo único que escucho son lamentos pordioseros de miles de hombres perdidos en la lejanía de una cumbre o de un bosque. Hombres que ya saben que el mundo Humano no es tal, y que apenas llega a serlo,y que apenas uno se da cuenta de eso.¡Hierba hermosa, ayúdame a contactar al astro inocente de tu ritual sagrado!¡Abrázame para sentir tu delgada piel de fibra-selva y poder llamar al viento por su mirada!¡Levántame los párpados sobrepuestos y llévame al viaje cósmico del Universo!.....te estaré esperando en los muelles tristes de tu realidad terrestre y de tu infantasia trazada por bocas de hombres y mentiras.

Una de la Mañana

Por: Casino666

Digo que tal vez el día se necesario para encontrar la noche, digo también, como si fuera mi culpa poder hablar, que nadie acá recuerda qué minuto es importante. La noción del tiempo se desvanece mientras cruzas la calle y sabes que no estas muerto, y recuerdas que menos vivo.

¡Jungle Music!

Por: Andreas Casta

Parece que los tambores volaran por el dedo de un gorila verde y que su voz atrajera el corazón de un patriarca, la sangre de toda una dinastía de goce.
¡Jungla! Grita la noche cuando los seres aparecen en los árboles tras el rito de los parlantes y las luces, habla la calma cuando la risa en constancia desvara la tristeza y la vuelve violeta.
Ruedas por los vientos de una presión bajo el corto rayo y saboreas humos de sabor vainilla-semilla.
Sabes que caminas por las boronas masticadas de amigos hipersupercalidoteidosísimos.
Pero no entiendes porqué así los llaman.
No sabes ni a quien persigues.
Bajo la noche (nunca te dejas)
Bajo los discos (nunca te llevan)
Bajo los fieros (siempre te alejan).

X, sales del viejo bolsillo del patas o del tierno vivir de un danzatorio.
Nunca llegas tarde y siempre justo a la cita con el fuego, con las damas y la mirada lejana, cercana, mediana, surtida de pupilas diosas y ensueños de risa.
¡Jungle music!
Y el irreverente plagado de pasos salta de una imagen a otra, brinca entre sus propios casetes que adivinan la sinfonía de su mitología africana, negra, de la selva que anda impregnada en todo corazón latiente vivo y que no suelta su paladar rumbero y su felicidad narcotizada y perfumada.

…El gorila verde aparece con damas de prendas bárbaras tras el tesoro de su demencia, con los tambores volando alrededor de su mano, y éstos se ven como mariposas al viento en pleno vuelo, en pleno cielo.
Los sonidos de aquel verde de hojas que pertenecen al origen, y los ruidos y melodías que transmite el silbido del grillo y el rugir del león, son los mismos de las mañanas en las que la velocidad feliz ataca con la alegría más parca, con sinceridad calmada y paso de burbujeante agua sangre.

¡Jungle Music!
Y la mirada en pleno vuelo del día-noche no sale de la impresión linda-frita de estar viva.
De estar en plena selva en el rubor parsimonioso y gris de la calle.
De estar con la música que pone a bailar a la vena soñante de cada luna,
de cada mico,
de cada andante apasionante.

Otra ves de cada Luna

Otra vez de cada Luna.
Otra vez de cada luna vuelve a salir la candela frigorífica de su belleza,
de su majestuosidad de collar enjaulado en barrotes de ojos y lenguas,
viviendo escondida para revelarse en la noche tibia de un verano de copos de azúcar inservible.
Porque en cada fiebre inaudita que no duele sino que acontece la agonía,
en cada sudario intranquilo en el que mi corazón
palpitó con la frecuencia de tus gemidos,
hay tan sólo ruidos como los de mañanas simples
y bebidas violeta como el correr de la pestañina bajo tú lágrima,
bajo nuestra lágrima.

Bien si me dijo algún día el sol,
en tono de burla,
que la luna es una puta del tiempo.
Él la regala a los amantes desde la felicidad a la desdicha
y cobra con miradas y arrugas al corazón,
ella apenas se desvive por conocer más labios desorbitados
y con ser el regalo de infinitas generaciones de besadores, de acariciadores
y amantéolos .

Y digo esta oda porque otra vez cada Luna
la regalo a ella misma igual que ayer en mi niñez,
igual que hoy en la manecilla incauta que dice ser joven.
Aunque no hablo de futuro porque tal vez de ciego muera
y apenas todo esto retorne a su estado inmortal de imagen.
Tal vez mañana en el menguante acorralado de tu presencia
entienda la fatalidad escondida de tu desfile cósmico y muera en él.
Para volver a nacer en la claridad inhóspita de mi presencia en ti,
de mi nocturna eterna enamorada sobre tus brazos
y causas, sobre tus brillos y miradas.

Wednesday, November 01, 2006

Vodka Ginebra y Letras

A quienes gusten beber una copa de pequeñas odas, este es el sitio perfecto, lo mismo que para lo borrachos de cuentos y los drogos de la palabra. En Vodka Ginebra y Letra el único problema que usted va a encontrar es el destapador, ese lo tiene que hacer usted mismo, usted es el que se tiene que abrir a sí mismo para entender su importancia de término y su belleza de verso; libre, rimado o elocuente, siempre aquí estará un fantasma espacial llamado blog esperando a recibirlo, a difuminarlo, a perderlo en esto más caótico llamado la Internet.
Todo texto que acá ponga recuerdelo como una parte de usted que entró en las venas de una globalidad perdida en datos y ecuaciones, que se perdió buscando las razones de un lector casual y pndenciero.

Una palabra para la escritura, un vuelo para la lectura.

Este espacio lo creo con la propiedad que tengo para decir que Hay Gente que escibe, que hay corazónes y mentes que no perdonan que una historia de una imagen pase desapercibida, o que no asimilan que el aroma de una nueva ilusión no merezca una oda. Para todos esos brazos y manos es que acá se indica una entrada, un plug-in en el que pueden liberar toda la descarga eléctrica que tienen las sin razones de un deseo que parece muy reflexionado. El deseo de escibir, que de alguna manera incipiente, tiene sobre sí las miradas latentes de ojos que no saben nada y de lenguas que hablan mucho.