Tuesday, August 11, 2009

Bonita hora paisa del orto

Por Chano Castaño


   El señor Presidente de Colombia, Uribe Vélez, conocido por los alias de patroncito, capataz o paraquito, ha decidido que se va a lanzar a una tercera reelección, lo que significan 4 años más de chuzadas, falsos positivos, pactos secretos, peleas con los vecinos, guerra estratégica y Farc, Farc, Farc. Porque de seguro se va y los narcos no habrán acabado su historia de sangre y droga, tampoco las bandas emergentes dejarán de matar, desaparecer y negociar, lo mismo seguirán el hampa, la corrupción y el desasosiego en un país como Colombia, donde 12 años de un generalote encorbatado no bastan para darle término a una guerra porque en verdad hay miles. 
   Además de todo el ciudadano crítico no tiene opciones--porque el ciudadano común ya está fulminado por la propaganda, lo que llaman colombianos con pasión--, y no tienen opción debido a los candidatos presidenciales, sujetos individualistas que van más por una carrera presidencial llena de rivalidades que de propuestas, fuera de que el voltiarepismo es el rey de las ideologías: los que eran godos se volvieron cachiporros, los que eran polistas se volvieron uribistas--y de paso cristianos--, y los que eran de esa vaporoso estado que es el centro se sumieron en un hueco. 
   No estoy de acuerdo con que suba un presidente que tenga mano de algodón con los violentos, pero tampoco me conforma un individuo que no piense en lo social, lo cultural y lo humano de un pueblo, características que finalmente son básicas a la hora de crear un país próspero, lleno de fuerza y carácter. La guerra del ejército con las Farc, de los paramilitares con el ejército, de los narcos contra los paracos y los farianos, de las bandas contra las otras bandas; la guerra, como se pueden dar cuenta, es el eterno retorno de Colombia, siempre volvemos a ella por más que tratemos de evitarla, de transformarla o de olvidarla, y la culpa no es de la memoria, de repetir lo que dejamos atrás, no, la culpa a la final son las culpas, y para remediarlas lo mejor es terminar su forma de financiación, la droga, ese recurso juerguista y mortal que soporta nuestra violencia, y que continua así el arroyo mortal de hechos que siempre han generado muerte, odio y plomo. Si hay un candidato que se atreva a cambiar esa realidad impulsando la legalización seguramente nuestros mojigatos de siempre estarán en la punta de la lanza atisbando problemas al futuro, en vez de cambiar el presente y ahí sí preocuparnos por lo que viene. 
   Uribe, paisa recalcitrante y furibundo derechista, ha construido cosas importantes pero a su gobierno lo minó la corrupción y la doble moral, incluyéndolo a él como bastión de cada movimiento secreto y corrupto que se haya realizado. No se ha comprobado nada, pero seguro 4 años más de lo mismo darán tiempo para que la verdad saga a flote o tal vez, como siempre, nos hundamos poco a poco en la amnesia y la impunidad. Yo no veo tampoco un remplazo que supere la imagen del capataz, pero de seguro en el camino irá apareciendo gente, porque con lo que tenemos ahora ni para el sancocho en el río revuelto...
   
   

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