Sunday, March 15, 2009

De Shekaspeare y otros retratos azarosos


Por Chano Castaño 
   

   Con la aparición del último cuadro del gran amanuense británico W. Shakespeare se ha levantado una polvareda de rumores y opiniones que, valga decirlo, sólo suceden cuando un tema grato y popular viene a debate. Columnistas, habladores, locos, cuerdos, cizañeros y poetas económicos han empeñado su espacio en los diferentes medios para juzgar si el retrato es original, si tiene credibilidad, si fue pintado por un desconocido, si en verdad es Shakespeare, si es un cuadro o un simple ejemplar del círculo vicioso que ha vivido la imagen del autor del Rey Lear y Macbeth. Yo, en una causa enajenada de toda masa, me uno a la tormenta de comentarios desde este espacio y hablo desde mi vena crítica. 
   Estoy de acuerdo con William Ospina cuando dice en su columna de El Espectador que Shakespeare más que ser una figura es un mito, pues ya se conoce que su vida es prácticamente un misterio, y que muchos años después de que escribió todo--porque también sabemos que es todos los hombres--fue que su literatura tomó importancia. Si aparece una imagen de un mito toda objetividad será imprecisa, porque el mito está en los hombres y en lo que cada uno es. El mito tiene una influencia colectiva imprescindible que enseña a conocer el mundo y a uno mismo. Si el mito de Shakespeare dependiera de cuántos utensilios de su vida cotidiana encuentran, o de las ruinas de un teatro o de un cuadro que alguien sacó del ático de una casa gigante, de seguro ese mito no existiría porque su vida no estaría en la memoria, sino en los objetos que sin ella serían nada. Shakespeare es inmortal porque su obra perdura en la memoria de la humanidad, en aquella que dialoga entre si no importen los idiomas, en esa memoria que se nutre de experiencias dispersas y cavernas internas. 
   Tener un cuadro de Shakespeare no significa entenderlo. De seguro los ingleses lo entienden a la perfección, claro está, pero también el mundo entero ya se inundó de su poética precisa y universal. El mito ya alcanzó los lugares inesperados que jamás imaginó el amanuense británico y nada lo va a detener. Ni siquiera nada lo va a ayudar, porque una imagen como la aparecida puede solamente llevar a un acercamiento parcial, pero en verdad nada dice. Creo que más de su vida dice su obra y su ensueño y su prosa ágil y fresca. Más de su vida y de su forma de ver el mundo dice su escritura que fue bastión de la modernidad.  
   

No comments: